Revista El Jueves 21 de julio de 2010, 06:00
La ética es una disciplina propensa a la paradoja. Y muchos de los que se llenan la boca con ella deberían dejar de utilizarla, porque incurren en contradicciones dignas de problema de la asignatura de primaria. La Generalitat Valenciana, cuya actitud de «haber usado condón» en el tedioso debate del aborto es de sobra conocida, se le ha ocurrido informar a las mujeres que ya han cometido el error de la «trascendencia ética» del aborto. Para lo cual, nada mejor que mostrarles fotos bien grumosas de desechos de clínica abortiva.
A ver... (Joder, qué pereza contestar ahora... Como si fuéramos a arreglar algo.) En primer lugar, ¿no creen que si hay alguien que ha reflexionado largamente sobre la cuestión del aborto (más que médicos objetores, que políticos, y sobre todo obispos) es precisamente la mujer que decide pasar por ello? Vale, ahora todos conocerán a alguna vivalavirgen que ha abortado veinte veces y ya tiene cupón descuento en la clínica; pero para la mayoría de las que abortan la decisión no es intranscendente. Y en segundo lugar, dar lecciones de ética con fotos gore que duelan a la vista y a la conciencia... Joder, ¿es demasiado sutil esa paradoja? ¡Si tiene el tamaño de Australia!
Pues por esto, y por mucho más que sabremos que vendrá, Gilipollas de la Semana para el Govern Valencià. Felicidades, y pagaos algo.
